Se aprobó la Ley de Servicios Audiovisuales. El congreso reemplazó, por fin, una Ley nacida de la última dictadura (1976-1983). Esta nueva Ley puso de los pelos al Grupo Clarín, que salió con los tapones de punta y que ahora, ya con la batalla por el control de la radiodifusión perdida, advierte (en realidad y casi sin quererlo, abre el juego) sobre el control de Papel Prensa, la empresa que provee de papel a los diarios argentinos, que está bajo control compartido con los Mitre.
Y es que todos los caminos de la prensa y las empresas periodísticas conducen en este país a la dictadura: el Grupo se quedó con el control de Papel Prensa, en realidad con el 75% compartido con La Nación y La Razón (que ahora es de Clarín y se reparte gratis en los subtes porteños), en una transacción que fue garantizada por Videla & Co. en 1977, con el secuestro y desaparición de los herederos de Papel Prensa en ese entonces.
Una mancha más en el gatopolio. Tras la muerte en un accidente de David Graiver, que compartía con el Estado (75% a 25%) la producción de papel para diarios, los milicos fueron por todo: secuestraron a la esposa, la madre y el padre de Graiver, los torturaron en los centros clandestinos de detención y, ya a disposición del PEN (es decir, "detención legalizada") los condenaron en juicio militar a veintipico de años. Pero lo jugoso de ese atropello fue el botín.
Así Papel Prensa quedó en manos del Grupo y empezó todo...
Osvaldo Papaleo, un partícipe de aquella historia, clarifica un poco ese inicio del multimedios (click acá para la entrevista o acá para esta otra), y abre el juego a la discusión sobre medios y monopolios en el país.
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