17 septiembre 2008

abuso

Familia, Impunidad y abuso de poder, las claves
En sólo cuatro días, cinco detenidos
por casos de abuso sexual en la región
Las víctimas no tienen más de 15 años. El drama, aborado por especialistas

MITO:
Para los especialistas es un mito

creer que “el peligro siempre está afuera”
del núcleo familiar.
PR
En sólo cuatro días, cinco personas fueron detenidas acusadas en la región de abuso sexual. Ocho de las nueve supuestas víctimas son menores: tienen entre 3 y 15 años. En todos los casos, el agresor era parte del núcleo familiar de las víctimas o una persona cercana. Especialistas consultados por Diagonales aseguran que el abusador busca ejercer un poder irrestricto e impune sobre su víctima, y que el peor mito es creer que el peligro está siempre afuera de los ámbitos familiares.
El viernes 5, tres hermanas de entre 11 y 15 años fueron entregadas a su padre, luego de que la Policía detuviera a la madre, que las obligaba a prostituirse. También detuvieron a un vecino que las abusaba. El domingo 7 un hombre fue sorprendido cuando abusaba de la hija de 5 años de su pareja. El lunes 8, un jubilado fue encontrado tocando a su nieta de 3, y el martes 9, un hombre fue detenido por violar a su ex mujer y obligar a sus tres hijos de entre 6 y 11 años a mirar pornografía.
"Lo primero que hay que poner en evidencia es que se trata de una situación de delito, en la que se da fuertemente el ejercicio del poder de quien agrede sobre la otra persona. Lo primero que sucede es que, sea la víctima un niño, un adolescente o una mujer, el violador no ve a la persona como un sujeto. Lo ve como un objeto, y empieza a establecer una relación donde está presente de una forma muy sutil la seducción, que se basa en la confianza que tienen y a través de esa manipulación, va apareciendo una amenaza: el no contar. Esto es lo que va entrampando a la víctima y generando una situación de extrema vulnerabilidad", explica la psicóloga Liliana Rodríguez, autora del libro Entretejiendo, sobre discapacidad, género y violencia.
La profesional, que trabaja el tema desde un abordaje de género, sostiene que las situaciones de abuso "se transforman en una relación de sometimiento y esclavitud. Es una violación de los derechos humanos, una situación de ejercicio de poder irrestricto de un violador sobre una persona que tiene escasas posibilidades de defensa".
Qué es lo que lleva a un hombre a agredir a una persona indefensa de su ámbito más próximo, es una pregunta que para los especialistas consultados tiene relación con la construcción psicológica más temprana del abusador, con la necesidad de ejercer poder irrestricto y con la impunidad.

LOS CASOS. Entre el viernes 5 y el martes 9, efectivos del Gabinete de Delitos Sexuales de la Delegación Departamental de Investigaciones de la Bonaerense realizaron cuatro operativos en la región. El primero se llevó a cabo en una casa de 49 bis entre 145 y 146 de Los Hornos. Allí, la Policía detuvo a una mujer que prostituía a sus tres hijas de 11, 13 y 15 años, luego que el padre de las chicas la denunciara. En el lugar también fue detenido un hombre de 57, acusado de abusar cotidianamente de la mayor de las niñas, a cambio de dinero que entregaba a la madre.
Fuentes policiales detallaron a Diagonales que las chicas vivían con la mujer, quien llevaba hombres a su casa y les ofrecía los servicios sexuales de sus hijas a las que golpeaba si se negaban. Tras varios intentos, el padre de las chicas logró engañar a su ex esposa para que le dejara ver a sus hijas. Entonces se enteró de lo que sucedía y la denunció. El principal cliente de la mujer era un vecino de 57 años, quien también fue detenido.
El domingo, una mujer de 22 años se despertó de la siesta en su casa de 17 al 900 de Ringuelet, y al salir al patio vio a su pareja que abusaba de su hija de 5 años. En medio de una crisis de nervios pidió ayuda a una vecina con quien, a los golpes, redujeron al hombre que, luego, fue detenido.
Una situación similar ocurrió el martes, cuando una mujer sorprendió a un jubilado de 78 abusando de su nieta de 3 años, en el patio de su casa. Tras rescatar a la nena, llamó a la policía.
El lunes, una persona fue detenida por violar a su ex mujer delante de sus tres hijos, de entre 6 y 11 años, en Olmos. Los ataques se producían continuamente en la casa que compartían, a pesar de estar separados. Además, la mujer denunció que el agresor veía películas pornográficas con los chicos.
En todos los casos relatados, los peritos médicos constataron la existencia de lesiones físicas en los menores compatibles con abusos.

PERFILES. La población vulnerable en los casos de abuso son mujeres, niños y niñas; discapacitados y los ancianos. Aunque pueden darse casos contrarios, casi la totalidad de los abusadores son hombres, quienes, entre sus características, se destacan el abuso de poder, el ocultamiento y la impunidad.
"Hay una característica de los hombres violentos que puede aplicarse a los abusadores que es la doble fachada: en general son personas socialmente agradables, que están integrados, pero que para adentro son otra cosa. Esa situación, también genera impunidad", detalla Rodríguez.
Según explica, "la característica fundamental que tienen esos hombres es ser manipuladores". Pero, además de la impunidad generada por la vulnerabilidad de la víctima, "socialmente resulta tan intolerable pensar que alguien de la familia pueda agredir a alguien a quien dice querer, lo que les da mayor impunidad".
Para la socióloga Lucrecia Arceguet, "el abusador abusa porque necesita más poder. Infunde terror, y eso le hace sentir poder sobre el abusado". Eso sucede, detalla, porque "es una persona que se siente inferior". Y aclara que "no lo puede evitar, es compulsivo: el violador sigue violando".
Para la psicóloga familiar y de niños, Diana Bonsignore, los abusadores "parecieran no tener códigos superyoicos, que son los códigos morales. Todos los seres humanos aprendemos esos códigos en la infancia, hasta los ocho años. En su grupo social no le enseñaron qué es lo que se puede hacer o no".
De todas maneras, Rodríguez alerta que "no se puede generalizar en la idea de que todos los violadores son enfermos mentales, sino que hay que analizar cada caso en particular, porque creerlo así, abre las puertas a considerarlos inimputables, cuando en realidad, son conscientes de sus actos".

ENTORNO. "Entre los mitos que debe derribarse es el de creer que la mayor cantidad de abusos se da por parte del círculo cercano. No son en los lugares oscuros y públicos donde se da la mayor cantidad", dispara Rodríguez.
Como ejemplo, en los casos detallados en esta nota, los abusadores de menores eran todos miembros más o menos cercanos a la víctima, por eso la profesional asegura que es un mito "creer que el peligro siempre está afuera".


Cuando ser mujer es un riesgo
El análisis de Gabriela Barcaglioni*

Violación sexual e incesto, tráfico y trata de mujeres, tratos humillantes y vejatorios, esclavitud sexual, violación dentro del matrimonio, aislamiento, privación de medios económicos indispensables, son algunas de las formas que adquiere la violencia de género y que en estos últimos días ocupó la agenda de los medios locales.
Las mujeres, por el solo hecho de serlo, somos víctimas de una violencia que las feministas definimos como Violencia de Género.
Poniendo así de manifiesto cómo se ordenan las relaciones sociales a partir de las diferencias sexuales entre varones y mujeres; cómo se establecieron las pautas de conducta, como se distribuyó el poder, roles y valores, entre ambos; cómo las diferencias se convirtieron en desventajas y vulnerabilidad para las mujeres.
Cada 15 segundos, en algún lugar del mundo una mujer es agredida, maltratada, mutilada o asesinada, por ser mujer.
Al hablar de Violencia de Genero se remiten a las causas estructurales de la violencia, asentadas en la histórica desvalorización de las mujeres en el ámbito familiar, social, económico y cultural.
Permite comprender la violencia como instrumento para perpetuar los mecanismos que persigue mantener el papel de dominio del hombre y el papel de sumisión de la mujer.
La Violencia de Género es considerada un obstáculo para el desarrollo, la equidad y la paz; constituye una violación a los derechos humanos, un problema de salud pública que por su impacto debería ser un asunto prioritario para los Estados y para erradicarla destinar recursos, coordinar políticas públicas, sancionar a los violadores, proxenetas/clientes, abusadores, golpeadores, pedófilos y asesinos.
La impunidad garantiza que las mujeres seguiremos siendo violadas, abusadas, hostigadas, asesinadas.
No es solo un dato cuantitativo que siete mujeres hayan sido asesinadas por esposos, novios, amantes, ex maridos o ex parejas (femicidios) en Argentina durante los primeros diez días de septiembre, es la expresión de una cultura que poco se hace por modificar.

* Integrante de la Casa de la mujer Azucena Villaflor

1 comentario:

Laura Lago dijo...

Muy buen tema y nota Pablo. un abrazo. Laura.