13 octubre 2010

Femicidio: en los últimos tres meses, una mujer fue asesinada cada 3 días

El crimen de Fernanda Lemos, la mujer que permaneció desaparecida durante 13 días y fue hallada asesinada el lunes en un descampado en San Vicente, no es un hecho aislado: en rigor, debe ser tomado como parte de una extensa y trágica lista. Según un relevamiento publicado por la Asociación Civil Artemisa Comunicación, en los últimos tres meses se produjeron 28 femicidios en el país, lo que implica que una mujer fue asesinada cada tres días por su condición de género. Y en todos los episodios coinciden los detenidos: el marido, la pareja o el ex. Otro estudio detectó en el primer semestre de este año 126 muertes.
El relevamiento, realizado por la periodista platense de la red PAR Gabriela Barcaglioni para el portal de internet Artemisa Noticias, detectó que durante el mes de julio fueron asesinadas 10 mujeres; la misma cantidad en agosto, mientras que en septiembre las víctimas sumaron 8.
Por la ausencia de estadísticas oficiales, los datos surgen de un monitoreo elaborado por la periodista, a partir de información de los principales diarios nacionales y de tres agencias de noticias nacionales: DYN, Télam y Noticias Argentinas.

SEMESTRE. En tanto, según los datos recopilados por el Observatorio de Femicidios en Argentina de la Sociedad Civil “Adriana Marisel Zambrano” de la asociación de mujeres Casa del Encuentro, 126 mujeres fueron asesinadas entre el 1º de enero y el 30 de junio.
Esos datos fueron recogidos para el Informe de Femicidios de Argentina, que se publica anualmente, de las agencias informativas Télam y DyN y de 120 diarios de distribución nacional y provincial.
A ellas se les sumó, el lunes, Fernanda Lemos, una mujer de 28 años y madre de dos nenas de 6 y 8 años que había desaparecido de su casa el 28 de septiembre luego de “discutir” con su marido.

MACHISMO. La psicóloga especializada en violencia de género Liliana Rodríguez explicó a Diagonales que “detrás de estos asesinatos se ocultan relaciones donde está presente el poder que los hombres violentos ejercen sobre las mujeres, a las que cosifican, arrasando sus emociones y capacidades, a través del control permanente sobre sus vidas, instalan el terror como forma de asegurarse el silencio y su impunidad”.
“El miedo –detalló–, la vergüenza, la falta de información, el temor a que no le crean, el creer que no tienen salida, encierra a esas mujeres. Por eso es fundamental el rol del Estado que debe implementar políticas públicas contundentes y efectivas, acciones concretas de prevención, asistencia, protección y erradicación”.

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