“Todo un pueblo no
quiso que toquen a su gente”, recordó la ex detenida Silvia García. El 11 de
octubre de 1972, los trelewenses se alzaron contra las detenciones masivas
ordenadas tras la fuga de subversivos de la cárcel de Rawson. Fue proyectado en
la Casa de Chubut el documental Prohibido dormir, con la participación de un ex
preso del penal y dos vecinos de Trelew.
Poco después de la fuga del penal de Rawson y la masacre en
la base Almirante Zar, el Ejército argentino secuestró y trasladó a la porteña
cárcel de Devoto a 16 vecinos de Trelew que habían participado de la Comisión
de Solidaridad con presos políticos. Esa razzia realizada en la madrugada del
11 octubre de 1972 desató una pueblada que derivó en la toma del teatro local y
una asamblea permanente que se extendió durante más de un mes, el tiempo que la
dictadura de Alejandro Lanusse demoró en liberar a esas personas. A ese
episodio se lo recuerda como "Trelewazo" y, al cumplirse 41 años de
aquella gesta, un ex preso y dos vecinos participaron de la proyección del
documental Prohibido Dormir, que relata esos hechos, y de una mesa redonda en
la Casa de Chubut en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
"Creo que no se le ha dado la importancia que realmente
tuvo (el Trelewazo) porque lo que pasó es que todo un pueblo no quería que
toquen a su gente", reflexionó Silvia García antes de la proyección, una ex
detenida (“detenida y devolvida”, bromeó) que fue liberada esa misma mañana.
García participó de la proyección y compartió la mesa
redonda con los otros protagonistas: un dirigente radical que encausó la
protesta, Santiago "Chiche" López, y uno de los 16 secuestrados a
quien el exilio lo radicó en Brasil, Sergio Maida (ver entrevista aparte).
La conmemoración incluyó una muestra de fotos, llamda
"Jornada histórica", del Archivo Nacional de la Memoria de la
Secretaría de Derechos Humanos de la Nación y la Subsecretaría de Derechos
Humanos de Chubut, que rescata imágenes de época del diario Jornada, de Trelew.
Prohibido dormir decía un cartel en el Teatro Español donde
los habitantes de Trelew montaron su sitio de resistencia. Y de esa orden de
vigilia solidaria, la chubutense Paula Bassi tomó el nombre para su documental.
"Es un tema que siempre estuvo sobrevolando las
sobremesas en mi casa, pero que nunca se habló en profundidad. Entonces, se nos
ocurrió rastrearlo. Charlamos con mis viejos, con amigos y padres de nuestros
amigos y con la cámara fuimos registrándolo. El resultado fue una charla con
participantes directos en la que nos encontramos con una historia que nos
sorprendía cada vez más, que era profunda y emocionante", explicó Bassi.
"Logramos armar un rompecabeza gigante que no había sido contado".
El Trelewazo fue el corolario de una actividad de apoyo que
había desarrollado la Comisión de Solidaridad con los presos políticos de
Rawson, que brindaba apoyo a los familiares de los cerca de 200 militantes de
las organizaciones políticas y sindicalistas que la dictadura cívico militar
había encerrado en la prisión de Rawson. Fue el final de unos meses agitados:
el 15 de agosto anterior, un grupo de militantes de las organizaciones armadas
FAR (Fuerzas Armadas Revolucionarias), ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo)
y Montoneros coparon la cárcel y escaparon hacia el aeropuerto de Trelew, donde
secuestraron un avión y huyeron a Chile.
Una semana después, el 22 de agosto, 16 de los militantes
que no llegaron a abordar la aeronave, fueron fusilados en la Base Almirante
Zar. Por ese crimen de lesa humanidad, el 16 de octubre del año pasado el
Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia condenó a prisión perpetua a los ex
militares Luis Sosa, Emilio Del Real y Carlos Marandino.
Dos días después de lo que se conocería como la Masacre de
Trelew, el dictador Lanusse llamó a elecciones para el 25 de Marzo de 1973. Aún
así, la represión cayó sobre quienes
habían sido solidarios con los abogados y los familiares de esos presos
políticos. Y a las 4 de la mañana del 11 de octubre de 1972 comenzó el
"Operativo Vigilante", que, según indica Jornada, fue ordenado por el
juez militar Carlos Di Pietro y ejecutado por el V Cuerpo del Ejército de Bahía
Blanca.
En ese episodio fueron detenidos y trasladados a Devoto en
un avión Hércules 16 personas: Isidro Pichilef, Sergio Soto Ojeda, Encarnación
Díaz de Mulhall, Beltrán Mulhall, Elisa Martínez, Orlando Echeverría, Sergio
Maida, José Roque Montalto, Horacio Mallo, Manfredo Lendzian, Horacio Correa,
Celia Negrín de Montalto, Elvio Bel, Manuel del Villar, Alberto Barceló y
Gustavo Peralta.
"Yo soy de Trelew y el 11 de octubre 1972 fui
secuestrada", se presentó García a la hora de proyección del documental. Y
aclaró: "A mí me dejaron en libertad porque al que dirigía el operativo no
sé qué le había agarrado con que habían quedado solos mis tres nenes. Y cuando
volví (a la casa) empecé a ver que venía gente bajando y caminando para el
centro. Entonces pregunté y me dijeron: ‘Nos vamos a juntar todos porque se
llevaron presa a gente de Trelew’". "Yo no podía creer lo que estaba
viendo. Y a partir de ese momento no nos fuimos más del Teatro Español, al que
se le cambió el nombre y se le puso Casa del Pueblo. Y apareció ese cartel que
decía ‘prohibido dormir’. Y ahí nunca se durmió: funcionaba de día y de noche”.
Santiago "Chiche" López es un radical histórico.
Es vicepresidente de la Convención Nacional de la UCR en representación de
Chubbut, pero ese día de 1972 se convirtió en uno de los artífices de la
pueblada. "Este episodio tiene una ventaja que es que participó todo el
pueblo, con sus distintas clases sociales. Y es una muestra de solidaridad que
no se ha vuelto a repetir", señaló.
A él también le allanaron la casa esa madrugada, pero no se
lo llevaron detenido. "Me enteré que en el estudio de un abogado estaban
redactando habeas corpus y desde ahí comenzó a crecer todo. Resolvimos hacer un
acto, convocamos a los partidos políticos y cuando terminaron sus discursos,
dan por finalizado el acto. Pero la gente no se quería mover. Fue por eso que
yo le dije al presidente de mi partido que planteara la toma del teatro. Lo
planteó y se llevó una ovación. Y ahí estuvimos hasta que los largaron a
todos", recordó.
A las 14:30 hs de ese día fue la primera concentración en el
teatro, que esa noche con un cartel bautizaron como “Casa del Pueblo”. Ese mes
de actividad el lugar nunca quedó vacío.
En el escenario una bandera rezaba la consigna: "Libertad a los presos de
la Solidaridad". Y poco a poco los presos comenzaron a ser liberados. El
último fue devuelto el 27 de octubre. Pero los vecinos, entonces, pidieron por
el abogado Mario Abel Amaya, que estaba preso desde el 18 de agosto, acusado de
colaborar con la fuga de Rawson. También lo lograron: la dictadura lo devolvió
el 14 noviembre.
"Creo que no se le ha dado la importancia que realmente
tuvo porque nunca se paró en esos días y además no quedó sector de la población
que no estuviese involucrado. Me acuerdo que incluso entre las adhesiones en un
momento se leyó que adhería hasta la Sociedad Rural. Lo que pasaba es que el
pueblo no quería que le tocaran a la gente de la zona", concluyó García.
ENTREVISTA A SERGIO MAIDA
"A diferencia de la dictadura, la gente sabía dónde estábamos"
A diferencia de lo que sucedió en la dictadura siguiente, la
gente sabía dónde estábamos." Cuarenta y un años más tarde, Sergio Maida
recuerda su detención en 1972 por haber sido apoderado –figura legal que le
permitía hacer trámites para los presos– del máximo referente de las Fuerzas
Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros, Roberto Quieto, cuando estaba
alojado en el penal de Rawson. Sin embargo, Maida, que en 1976 fue
detenido-desaparecido y debió exiliarse en Brasil, donde hoy vive y trabaja
como empleado del Estado de São Paulo, además de integrar el PT (Partido dos
Trabalhadores), asegura que esa madrugada él fue secuestrado y liberado por la
presión de la movilización popular.
–¿Cómo fue su
detención?
–En realidad fue un secuestro porque nunca existió ninguna
orden de captura o decreto del Poder Ejecutivo, pero, a diferencia de lo que
sucedió en la dictadura siguiente, la gente sabía dónde estábamos. A las 5 de
la mañana nos fueron recogiendo a todos casa por casa y nos llevaron al
aeropuerto y después, en un avión Hércules, a (la cárcel de) Devoto. Y estuve
poco porque se dio toda esa movilización en Trelew. Y fue ese movimiento lo que
logró sacarnos de la prisión.
–¿Usted había
colaborado con los presos políticos de Rawson?
–Yo era apoderado de Roberto Quieto. Habíamos sido
compañeros de militancia en la Federación Juvenil Comunista en la adolescencia,
pero después ellos habían elegido la lucha armada y yo la militancia de
superficie. Pero el hecho de haber sido su apoderado era razón suficiente para
ser perseguido durante la dictadura. Pero teníamos lazos, no sólo amistosos,
sino políticos.
–¿Cuál era la
militancia?
–La militancia era principalmente de solidaridad: nosotros
habíamos formado la Comisión de Solidaridad con los Presos Políticos de Rawson
y ahí se fue agregando gente que prestaba asistencia a los presos, familiares y
abogados que llegaban a la Patagonia sin referencias. Los abrigábamos, los
recibíamos. Además, yo tenía que ir todas las semanas a la cárcel porque era
apoderado.
–La reacción de
Trelew no fue casual.
–Claro que no. El trabajo de la comisión era absolutamente
público, conocido y reconocido por el pueblo. Y por eso también contábamos con
la solidaridad de aquellos que no participaban directamente, pero que apoyaban
nuestra acción. «
*Publicado el 13.10.2013 en Tiempo Argentino