14 octubre 2006

Editorial del programa de radio la lucha que nos pario

cárcel a los genocidas

Ayer nos enteramos por la denuncia que hizo la Asociación de Ex Detenidos Desaparecidos que Alfredo Astiz viola el arresto que debe cumplir en la base naval de Zárate – Campana. Astiz Tiene que estar preso por asesino, pero no es ninguna novedad –y es lamentable que no lo sea- que esa rata tenga una oficina en el Hospital Militar y vaya como si nada a mantener reuniones en ese lugar.


Los genocidas tienen que estar presos. Tienen que estar presos en cárceles comunes que no les permitan de ninguna manera interceder en la sociedad. No pueden hacerlo bajo ningún punto de vista porque quedó bien claro que son capaces de hacer lo impensable: son capaces de cometer un genocidio.

¿Porqué pedimos cárcel común a los genocidas? Porque hace casi un mes que Jorge Julio López está desaparecido y está claro que aunque el gobierno no quiera decirlo, que fue secuestrado.

Y está claro porque si Astiz participa de reuniones en el hospital Militar ubicado en plena Capital Federal, es obvio que los asesinos, los genocidas, tienen cómplices actuales y de antaño. Está claro que todavía tienen, aunque sin el inmenso sostén del estado terrorista, capacidad operativa para hacer lo impensable.

La aparición con vida ya de Jorge Julio López ya no resulta indispensable; resulta insoportable. La aparición con vida es una emergencia que se impone a todos y cada uno de nosotros, y a la que Kirchner y Solá deben dar una solución inmediata y dejar de hacerse los boludos.

La lucha que nos parió
emisión del 14 octubre 2006
por FM Universidad, 107.5 mhz, La PLata

1 comentario:

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo; genocidas como Astiz tienen que estar en cárceles comunes, como los asesinos que son. Nada de prisión domiciliaria y demás tomaduras de pelo.

Lamentablemente, creo que Jorge Julio López no va a aparecer con vida. Pero deben seguir las búsquedas, y sobre todas las cosas, tiene que hacerse justicia.

Saludos