09 octubre 2006

El eterno retorno al silencio

El gobernador Felipe Solá dijo hoy que “no hay pistas” sobre el paradero del desaparecido Jorge Julio López. El viernes pasado había dicho que si las había, y “muchas”. Parece mentira que a esta altura del partido estemos con los pelos de punta buscando a un desaparecido vuelto a desaparecer. Es evidente -tristemente evidenciado por cierto-, que el aparato represivo de la dictadura no fue desmantelado, tal como lo señalan los ex detenidos desaparecidos. Aunque Kirchner haya descolgado al genocida Rafael Videla de la escuela de oficiales en marzo pasado, es evidente que a quienes no se “descolgó” son las patotas de la dictadura.

Como si quisieran volver con el adagio nefasto de que «el silencio es salud», no se escucha siquiera un trascendido que inspire algún grado de certeza. Pone la piel de gallina sospechar en medio tenebroso silencio dispuesto por el Estado provincial y nacional que J.J López puede haber sido secuestrado.

Escuché por ahí -ese "ahí" no es precisamente el almacén de la esquina-, algunas versiones que hablan de un secuestro. Se que hay quienes –con liturgia Triple A- se adjudican haberlo asesinado por “terrorista apartida”. Sospecho que el destinatario de todo esto es el Presidente, aunque el pato lo termine pagando Solá (que se tiene que joder), pero lo que aterra es que ninguno de ellos diga nada. Porque aparentemente hay que aclararlo: son ellos (el Estado) los que tienen que investigar e informar.

Volvimos al silencio que está corroyendo los nervios de las personas que sufrieron la dictadura en carne propia y, de a poco, comienza a alcanzar a la sociedad toda. «El miedo paraliza», comentaba una abogada vinculada a la querella que condenó al asesino Miguel Etchecolatz. Pero lo que de a poco comienza a vulnerar las enterezas, como un germen que se incuba en un cuerpo, es la duda. La falta de certezas que conduce a otro camino sin salida: la duda de todo, de todas las versiones y posibilidades. «La duda, también paraliza», remató la abogada dando en el blanco.

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