Pasó tres años presa durante la “Revolución Libertadora” / Al repasar su militancia en el partido femenino, resumió la historia política de Eva Perón
Anita Macri, hoy de 94 años, fue detenida en el '55 como una "fanática peronista" (Foto: Eva Cabrera) |
Ana Carmen Macri fue elegida diputada nacional en 1952, tras la elección en la que las mujeres votaron por primera vez gracias a la ley 13.010 impulsada por Eva Perón. Para esa época ya había organizado casi 700 unidades básicas del Partido Peronista Femenino (PPF) en todo Santa Fe, bajo las órdenes de la abanderada de los humildes. Por su actividad política, cuando el golpe de 1955 derrocó a Perón, Macri fue encarcelada: estuvo en una cárcel de mujeres porteña y luego en la Unidad Penitenciaria de Olmos hasta el año 1958. Para reparar esa etapa histórica la Provincia le pidió ayer disculpas “en nombre del Estado” y le entregó el legajo del Servicio Penitenciario Bonaerense en el que consta su detención por “fanática peronista” (Ver "Pido disculpas").
Macri tiene 94 años y al repasar su militancia en el partido femenino resumió la historia política de Eva Perón y de las mujeres peronistas. Mientras compartía un té en el Pasaje Dardo Rocha con las Madres de Plaza de Mayo Adelina de Alayes y Susana Scala, e integrantes del Archivo Histórico provincial y del Instituto Eva Perón, Anita recordó su trabajo en el Partido peronista femenino con Eva Perón y los años de detención en una entrevista con Diagonales.
Fue detenida junto con los 91 legisladores peronistas en el año 1955, cuando la autodenominada “Revolución Libertadora” derrocó a Juan Domingo Perón y cerró el Congreso. Luego, llegaron las órdenes de captura. “Algunos pudieron escapar, otros se pudieron esconder”, contó la mujer que trabajó junto a Eva en la construcción del Partido Femenino.
En el primer gobierno de Perón, Macri era peronista y ejercía la dirección del Hogar de Transito Nº 2, que dependía de la Fundación Eva Perón. Allí conoció a la mujer del General.
“Yo era peronista de Perón. A ella no la conocía. La conocí porque el Hogar quedaba cerca de la residencia presidencial y ella estaba en plena función de organizar la Fundación, iba a hacer la inspección, porque quería que fuera de lo mejor”, recordó.
“Ella ya estaba juntando mujeres para la organización del partido y simpatizó conmigo. Yo estuve un año en el Hogar hasta que un día ella me llamó para que fuera a la residencia. Cuando llegué, ya había otras tantas mujeres que eran una para cada provincia, porque se había hecho la asamblea de mujeres en el Teatro Cervantes donde se había anunciado el Partido Femenino y donde la nombraron a Eva Perón presidenta”.
El primer destino de Anita fue Tucumán, donde en tres meses afilió cinco mil mujeres. Pero Eva la hizo volver a Buenos Aires. “Nos reunimos en la residencia, me llama y me dice: ‘Peti, te voy a sacar de Tucumán porque ahí hasta las piedras son peronistas’”.
En ese encuentro, Eva la destinó a organizar el Partido en Santa Fe, una provincia “difícil políticamente”, rememora la mujer, que tenía que reemplazar a una compañera.
“Estuve dos años. Cuando apenas llegué fui a la casa del gobernador a presentarme y a pedirle movilidad, y me dio un Jeep asqueroso y alto”, recordó. Con ese coche comenzó a afiliar a las mujeres peronistas santafesinas: “Al Jeep le hice poner un parlante y recorría la ciudad hablándole a las mujeres, diciéndoles que era la delegada de Eva Perón para organizar el Partido y afiliar a las mujeres, y que estaba empadronando para los votos”.
Desde Santa Fe, Anita preparó las elecciones de 1951, para la reelección de Perón, en las que sería electa diputada nacional por la Capital. “Empecé a trabajar en actos que se hacían en salones y teatros a los que iban muchas mujeres y así, por ejemplo, en Rosario organicé 50 unidades básicas. Y cuando quise acordar, en dos años ya había 658 unidades básicas en Santa Fe”.
–Usted fue legisladora en la primera elección de mujeres del país.
–Si. Yo fui por Capital. Pero además, elegí a las tres candidatas que fueron por Santa Fe. Hablé con Eva y le pregunté: “Señora, para diputadas, a quién elijo”. Y ella me respondió: “De las peronistas, a las que más trabajaron”.
Por ser diputada, pero sobre todo por peronista, la detuvieron tras el golpe del 16 de septiembre de 1955. Pero los tres años que pasó encarcelada, no pudieron doblegarla: “una amiga me visitaba y yo le pedía que se pusiera una pollera amplia para que me trajera los periódicos peronistas a escondidas. De uno de esos saqué una foto de Eva y la puse en la pared del calabozo. Poco después, vino el inspector de la cárcel y me dijo: ‘Señora, ¿no sabe que está prohibido por el decreto 4161 tener retratos de Perón o de Eva?’. Y yo le expliqué que a ella la veía como a una madre, y le dije: ‘el castigo de la 4161 son entre 1 y 5 años de cárcel, y a mí me dieron prisión perpetua’. Lo saqué, pero me lo quedé y cuando se fue lo volví a poner”.
Macri tiene 94 años y al repasar su militancia en el partido femenino resumió la historia política de Eva Perón y de las mujeres peronistas. Mientras compartía un té en el Pasaje Dardo Rocha con las Madres de Plaza de Mayo Adelina de Alayes y Susana Scala, e integrantes del Archivo Histórico provincial y del Instituto Eva Perón, Anita recordó su trabajo en el Partido peronista femenino con Eva Perón y los años de detención en una entrevista con Diagonales.
Fue detenida junto con los 91 legisladores peronistas en el año 1955, cuando la autodenominada “Revolución Libertadora” derrocó a Juan Domingo Perón y cerró el Congreso. Luego, llegaron las órdenes de captura. “Algunos pudieron escapar, otros se pudieron esconder”, contó la mujer que trabajó junto a Eva en la construcción del Partido Femenino.
En el primer gobierno de Perón, Macri era peronista y ejercía la dirección del Hogar de Transito Nº 2, que dependía de la Fundación Eva Perón. Allí conoció a la mujer del General.
“Yo era peronista de Perón. A ella no la conocía. La conocí porque el Hogar quedaba cerca de la residencia presidencial y ella estaba en plena función de organizar la Fundación, iba a hacer la inspección, porque quería que fuera de lo mejor”, recordó.
“Ella ya estaba juntando mujeres para la organización del partido y simpatizó conmigo. Yo estuve un año en el Hogar hasta que un día ella me llamó para que fuera a la residencia. Cuando llegué, ya había otras tantas mujeres que eran una para cada provincia, porque se había hecho la asamblea de mujeres en el Teatro Cervantes donde se había anunciado el Partido Femenino y donde la nombraron a Eva Perón presidenta”.
El primer destino de Anita fue Tucumán, donde en tres meses afilió cinco mil mujeres. Pero Eva la hizo volver a Buenos Aires. “Nos reunimos en la residencia, me llama y me dice: ‘Peti, te voy a sacar de Tucumán porque ahí hasta las piedras son peronistas’”.
En ese encuentro, Eva la destinó a organizar el Partido en Santa Fe, una provincia “difícil políticamente”, rememora la mujer, que tenía que reemplazar a una compañera.
“Estuve dos años. Cuando apenas llegué fui a la casa del gobernador a presentarme y a pedirle movilidad, y me dio un Jeep asqueroso y alto”, recordó. Con ese coche comenzó a afiliar a las mujeres peronistas santafesinas: “Al Jeep le hice poner un parlante y recorría la ciudad hablándole a las mujeres, diciéndoles que era la delegada de Eva Perón para organizar el Partido y afiliar a las mujeres, y que estaba empadronando para los votos”.
Desde Santa Fe, Anita preparó las elecciones de 1951, para la reelección de Perón, en las que sería electa diputada nacional por la Capital. “Empecé a trabajar en actos que se hacían en salones y teatros a los que iban muchas mujeres y así, por ejemplo, en Rosario organicé 50 unidades básicas. Y cuando quise acordar, en dos años ya había 658 unidades básicas en Santa Fe”.
–Usted fue legisladora en la primera elección de mujeres del país.
–Si. Yo fui por Capital. Pero además, elegí a las tres candidatas que fueron por Santa Fe. Hablé con Eva y le pregunté: “Señora, para diputadas, a quién elijo”. Y ella me respondió: “De las peronistas, a las que más trabajaron”.
Por ser diputada, pero sobre todo por peronista, la detuvieron tras el golpe del 16 de septiembre de 1955. Pero los tres años que pasó encarcelada, no pudieron doblegarla: “una amiga me visitaba y yo le pedía que se pusiera una pollera amplia para que me trajera los periódicos peronistas a escondidas. De uno de esos saqué una foto de Eva y la puse en la pared del calabozo. Poco después, vino el inspector de la cárcel y me dijo: ‘Señora, ¿no sabe que está prohibido por el decreto 4161 tener retratos de Perón o de Eva?’. Y yo le expliqué que a ella la veía como a una madre, y le dije: ‘el castigo de la 4161 son entre 1 y 5 años de cárcel, y a mí me dieron prisión perpetua’. Lo saqué, pero me lo quedé y cuando se fue lo volví a poner”.
Anita con Eva en un acto en Santa Fe |
“Pido perdón en nombre del Estado”
“Sesenta años más tarde, pido perdón en nombre del Estado”. De esa forma, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, hizo justicia con la historia y con Ana Carmen Macri, al entregarle el legajo carcelario en el que consta su detención en la cárcel de Lisandro Olmos, por “fanatica peronista”.
Ana Macri recibió el expediente de manos del ministro a las 16.30, en un acto al que no dejó entrar a la prensa, en el salón de Las Banderas, en el tercer piso del edificio de 2, entre 51 y 53. Junto a Ana estuvieron las Madres de Plaza de Mayo Adelina Alaye y Susana Scala; la hija del ex ministro de educación de Mercante, María Elais Avanza; Claudio Panella, director del Archivo Histórico de la provincia y los investigadores Guillermo Clarke y Alicia Sarlo, y por Damián Cipolla, del Instituto Nacional Eva Perón. En el acto Casal entregó el “prontuario” de Ana Macri que se guardaba en el Museo del Servicio Penitenciario.
Ana Macri recibió el expediente de manos del ministro a las 16.30, en un acto al que no dejó entrar a la prensa, en el salón de Las Banderas, en el tercer piso del edificio de 2, entre 51 y 53. Junto a Ana estuvieron las Madres de Plaza de Mayo Adelina Alaye y Susana Scala; la hija del ex ministro de educación de Mercante, María Elais Avanza; Claudio Panella, director del Archivo Histórico de la provincia y los investigadores Guillermo Clarke y Alicia Sarlo, y por Damián Cipolla, del Instituto Nacional Eva Perón. En el acto Casal entregó el “prontuario” de Ana Macri que se guardaba en el Museo del Servicio Penitenciario.
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