La notita la publiqué hace exactamente un año en el diario Diagonales. Cuenta la caída de un chorro platense de los de antes, un tipo con códigos. Al releerla me pareció simpática y hace un año parece ser que no pasaban cosas demasiado importantes en el país porque fue título uno del diario. La comparto.
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–Pero ¡vos sos 'el Ninja'! Mirá como estás: viejo, gordo, pelado...–, dijo, asombrado, el comisario Alonso al detenerlo.
–Je. ¿Y usted jefe?– devolvió con sorna el capturado.
El breve diálogo es el que en la madrugada de ayer mantuvieron el titular de la comisaría Cuarta, Leonardo Alonso, y Adrián Fernández, el ladrón que fue detenido arriba de un techo cuando intentaba escapar tras asaltar los Ansorena en La Loma.
Los dos hombres son viejos conocidos: Alonso lo “volteó” en el año 1997, cuando era el jefe de calle de la comisaría Novena. Con su captura, el policía estrenó el cargo en esa seccional.
Fernández es un ladrón conocido en La Plata, que pasó la mitad de su vida tras las rejas. Tiene 44 años y pasó 22 preso.
Su apodo lo forjó con sus asaltos en los ‘90: entraba en las casas por las noches, generalmente trepando, y sin hacer ruidos.
Era en extremo sigiloso. Tanto, que las víctimas no se daban cuenta cuando entraba en la casa. “El Ninja los despertaba, con total respeto y tratando muy bien a la gente. Les decía: ‘señor, despiértese, esto es un robo’. Y los tranquilizaba”, contó ayer Alonso a Diagonales.
Cayó innumerables veces y fue protagonistas de tiroteos, robos e intentos de fuga. Hacía 6 meses que había salido de la cárcel de Olmos.
El viernes firmó por última vez en el patronato de liberados. Ya estaba oficialmente en libertad. Esa misma noche volvió a caer.
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