Cinco mil versiones se podrían contar de la historia del Comedor Universitario de la UNLP, porque ésa es la cantidad de platos de comida se llegaban a servir por día hasta principios del año 1975. El comedor funcionó hasta el año anterior al golpe en 1 y 50, donde hoy está la facultad de Odontología y donde ayer La Cámpora y la Juventud Universitaria Peronista (JUP) instalaron una placa para recordar a los militantes que allí discutían el país que querían para todos.
“El Comedor Universitario fue una de las primeras víctimas de la represión”, recordó el ex militante de la Federación Universitaria para la Revolución Nacional (FURN) de Veterinaria, Hugo Bacci.
El Comedor Universitario nació en 1936 a la luz de las ideas de la Reforma Universitaria, en 1949 pasó a manos de la Universidad, y en 1961 se instaló en el edificio de 1 y 50 y se convirtió en el más histórico y político de los comedores. Pero como recordó Bacci, el 17 de septiembre de 1973 sufrió un atentado que lo destruyó casi en su totalidad.
“El comedor era nuestro lugar de concentración para difundir lo que pensábamos, el Pensamiento Nacional”, contó el ex FURN. Y precisó: “Era el lugar de encuentro donde se discutía la política nacional y donde estaban representadas todas las corrientes”.
“Ahí comían los estudiantes. Yo comía en mi casa y después iba, porque para nosotros era una herramienta importante. Y el enemigo vio también que lo era, por eso durante el gobierno de Isabel, la Triple A puso bombas en la caldera para que no funcionara más”.
Sin embargo, los alumnos de la UNLP siguieron yendo al lugar durante todo el año 1974, “hasta que en octubre asesinaron al secretario Administrativo de la Universidad, Rodolfo Achem, y a Carlos Miguel. Se hizo una renuncia masiva y todos los que estaban en contra del Comedor se hicieron cargo de la Universidad”, agregó.
El Comedor Universitario cerró principios de 1975. Y la dictadura se encargó de desmantelarlo.
Desde ayer una placa señala en el ingreso a Odontología: “Aquí funcionó entre 1961 y 1975 el comedor universitario de La Plata. Este fue un lugar de encuentro, donde muchos compañeros militaban por un país más justo, igualitario y soberano. Continuamos su lucha”.
“Queríamos señalizar este lugar que tuvo que ver con la vida en los '70, que funcionó como una gran sala donde estudiantes y trabajadores discutían política nacional”, señaló el hijo de desaparecidos Matías Moreno, al dejar al descubierto la chapa.
*Publicado el 24 de marzo en el suplemento por los 3 años del diario Diagonales y los 35 del golpe de 1976. Nota sobre el Colegio Nacional: La hora del terror...
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