Los entrevistados frente a Humanidades (Foto: Alberto Direnzo) |
Los hijos de detenidos desaparecidos, asesinados, ex presos políticos y exiliados durante la última dictadura militar se presentaron ante la sociedad en la Facultad de Humanidades de La Plata en abril de 1995. Con ese acto nacía HIJOS. Y el miércoles pasado, al cumplirse un nuevo aniversario de aquel abrazo, treinta de esos hijos distribuyeron una carta pública en la que reivindican los logros en derechos humanos conquistados en los últimos siete años y que intenta ser el acta fundacional de una segunda etapa del grupo en La Plata.
A dieciséis años de aquel encuentro, Diagonales reunió a ocho de esos hijos de desaparecidos en la facultad donde contaron sus proyectos para volver a consolidarse como grupo y explicaron su visión de la realidad política actual. Remarcaron que una de las características principales que los reúne es que mantienen la identidad y el sentimiento de ser HIJOS; pero no se sienten identificados con la agrupación HIJOS La Plata, que expresa una línea ultra crítica con las políticas de derechos humanos del gobierno nacional.
“Pasó el tiempo, pero no es solamente un tiempo cronológico diferente, sino que también es un tiempo psicológico diferente: hoy tenemos una construcción sobre nuestra identidad y sobre nuestros padres. Hoy no empezamos de cero”, explicó Andrea Suárez. Y así resumió la esencia del re encuentro de esos HIJOS.
–Pasaron dieciséis años desde que HIJOS irrumpió por primera vez en la escena política. ¿Por qué este nuevo reencuentro?
Camilo Cagni –Hay tres cosas centrales por las que nos reencontramos: primero, tiene que ver con nuestra historia de ser víctimas del terrorismo de Estado, con nuestra identidad; segundo, tiene que ver con habernos encontrado en el 95 y haber fundado y materializado la agrupación; y en tercer lugar porque en la actualidad tenemos una misma mirada de la coyuntura política.
Diego Perdoni –En el año 1995 nos juntó una realidad política e histórica en la que nos pudimos identificar y sentimos algo especial, que fue reconocernos como hermanos. Después de 16 años nos volvemos a encontrar convocados de nuevo por una realidad política, en la que podemos reconocer la lucha por justicia que veníamos reclamando. Creemos que hijos, como agrupación es nuestro lugarcito, nuestra Kamchatka donde resistir y luchar por los sueños que siempre soñamos.
–Hoy los convoca una realidad diferente que la que los juntó por primera vez…
Laura Bogliano –Aunque yo no me sumé en el '95, en su momento HIJOS con los escraches tuvo una lectura de avanzada. Y hoy es evidente que hay otra realidad.
Felipe Bellingeri –En el momento de la fundación (de HIJOS) existía la Obediencia Debida y el Punto Final y la teoría de los dos demonios estaba instalada. Pero hoy vemos los frutos de aquella lucha que iniciamos en los '90. A partir del 2003 se destruye toda esa política que los anteriores gobiernos democráticos habían llevado adelante.
Gonzalo Chávez –Hijos durante muchos años fue contra la corriente pero ahora soplan brisas favorables para reagruparnos.
Yiya Logiurato –En el 95 fue reencontrarnos con esa cosa de la hermandad, después de tanto tiempo solos. Y desde un tiempo a esta parte nos volvimos a encontrar en charlas y actos y nos dimos cuenta que es un momento de acción, para sumarnos a este proyecto nacional y popular.
Diego –Ya no es un momento para resistir un gobierno, sino para construir.
–¿Buscan darle una nueva identidad al nombre HIJOS, con el que a mediados de los '90 se agruparon los hijos de las víctimas de la dictadura?
Claudia Bellingeri –Creo que Hijos es una identidad en si misma. Creo que fuimos protagonistas hace 16 años para construir este camino y en ese camino siempre pensamos que iba a llegar el momento de la justicia y la verdad. Y hoy estamos yendo a los juicios, a sostenerlos, a dar testimonio, y a esos juicios tenemos que ir como HIJOS.
Yiya –Creemos que tenemos que seguir siendo protagonistas. Y hay sectores de la sociedad que quieren volver para atrás.
Felipe –Hay sectores del poder real que son hostiles a las políticas de Verdad y Memoria que viene llevando adelante el Estado; hay sectores del Poder Judicial que traban el desarrollo de la justicia. Esos son poderes que hay que disputar.
Camilo –Opino que es equivocado discutir si es K o no K esto que estamos impulsando, sino que hay que apoyar lo que está bien y señalar o quejarnos de lo que no. No se trata de un apoyo bobo. HIJOS siempre tuvo dentro diferentes identidades.
Yiya –Hay un proyecto Nacional y popular. Falta mucho, pero tenemos que ser partícipes.
–Son ustedes quienes tienen que reconstruir la memoria de sus padres…
Gonzalo –Cuando surgieron las Madres, la pregunta era: “¿dónde están nuestros hijos?” Cuando nació HIJOS se preguntaron: “¿qué hacían nuestros padres?” Después de 16 años, la pregunta es: “¿Qué hacemos los hijos?”
Diego –Gonzalo, ¿cómo era eso que dijiste en el asado, lo de reencontrarse con la memoria?
Gonzalo –Que reencontrarse con la memoria, además de una reivindicación, es algo saludable para nosotros y para la sociedad, porque podemos poner sobre la mesa a nuestros padres y compartirlos. Antes no había oídos para esa historia.
Andrea –La construcción de la Memoria es permanente. A los chicos hay que transmitirles esa historia por la que nuestros padres lucharon, que hubo un plan sistemático de exterminio. Una de las luchas principales es la lucha por lo simbólico, que no se puede dejar y es un trabajo que se pasa de generación en generación.
–¿Qué responsabilidades hacia afuera implica reunirse como agrupación?
Claudia –Es la misma responsabilidad que tuvimos siempre.
Felipe –Creo que tenemos que sostener los juicios, que es una responsabilidad colectiva, no sólo de los hijos.
Diego –Estamos convencidos como lo estaban nuestros viejos; la libertad no la encontramos al final del camino, sino que la encontramos en cada condena, en cada juicio.
Gonzalo –El trabajo de hijos es mantener la memoria.
Los entrevistados
Diego: hijo de Lidia Nelida Massironi y Roberto Perdoni, militantes del ERP desaparecidos en junio de 1976.
Camilo: hijo de Julio César Cagni y Nora Liliana Silvestri, secuestrados el 22/06/1977, en una casa en 46 entre 5 y 6.
Felipe: hijo de Héctor Aníbal Bellingeri, militante del PROA. Desaparecido desde el 12/05/1977.
Claudia: hijo de Héctor Aníbal Bellingeri, militante del PROA. Desaparecido desde el 12/05/1977.
Yiya: hija de Haroldo Logiurato, militante del PROA, desaparecido el 12/06/1977.
Yiya: hija de Haroldo Logiurato, militante del PROA, desaparecido el 12/06/1977.
Andrea: hija de Luisa Marta Córica, asesinada el 7 de abril de 1975 por la AAA.
Gonzalo: hijo de Héctor Chávez, asesinado por la Triple A en 1975.
Laura: hija de Adrián Claudio Bogliano y María Susana Leiva, secuestrados el 12 de agosto de 1977 en Villa Elisa.
Cambio de época
“Yo nunca soñé que iba a ser posible que las leyes de impunidad se cayeran. Yo lloré ese día”, contó Laura Bogliano. Pero como ella, todos los hijos entrevistados ven hoy que se está escribiendo otra historia que la que hace dieciséis años creían posible.
Andrea –Cuando nacimos como agrupación en el '95, Massera hablaba por televisión. Era lo que nosotros le decíamos el “Show de la impunidad”. Cómo no vamos a apoyar este gobierno que derogó las leyes de impunidad. Hubo un cambio cualitativo que es la base mínima para la construcción de un país.
Felipe –Hubo tres hechos claves en este último tiempo: la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final; el pedido de perdón de parte del Estado y el descolgar el cuadro de Videla. Eso es parte de la construcción desde lo simbólico.
Yiya –Este gobierno le abrió las puertas de la Casa Rosada a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a los HIJOS de desaparecidos. Nadie lo hizo antes. Fueron muchos años de llorar, de sentirnos humillados. Y desde 2003, viendo a las Madres y Abuelas en la Casa Rosada, es sentir dignidad.
Andrea –Estaba instalada la idea de los excesos y ahora se pasó a juzgar un plan sistemático de exterminio. Se pasó de hablar de la teoría de los dos demonios a hablar de terrorismo de estado en las escuelas. Todo eso pasó desde el 2003.
Andrea –Cuando nacimos como agrupación en el '95, Massera hablaba por televisión. Era lo que nosotros le decíamos el “Show de la impunidad”. Cómo no vamos a apoyar este gobierno que derogó las leyes de impunidad. Hubo un cambio cualitativo que es la base mínima para la construcción de un país.
Felipe –Hubo tres hechos claves en este último tiempo: la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final; el pedido de perdón de parte del Estado y el descolgar el cuadro de Videla. Eso es parte de la construcción desde lo simbólico.
Yiya –Este gobierno le abrió las puertas de la Casa Rosada a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y a los HIJOS de desaparecidos. Nadie lo hizo antes. Fueron muchos años de llorar, de sentirnos humillados. Y desde 2003, viendo a las Madres y Abuelas en la Casa Rosada, es sentir dignidad.
Andrea –Estaba instalada la idea de los excesos y ahora se pasó a juzgar un plan sistemático de exterminio. Se pasó de hablar de la teoría de los dos demonios a hablar de terrorismo de estado en las escuelas. Todo eso pasó desde el 2003.
2 comentarios:
HIJOS de La Plata se olvidaron de JULIO LOPEZ? de los Quom asesinados. De Mariano Ferreyra. De los pibes de soldatti, de Silvia Suppo, traicionan historia de sus padres y la de la agrupacion Hijos que tantos acompañamos con tanta alegria durante muchos años. Que pena...
Pena da no poder ver que cambió el panorama político, flaco. No es traición no pensar igual que vos, y no se quien carajo sos -o te crees ser- para atribuirte la potestad de decidir qué es traicionar o no la historia de los padres de los hijos de desaparecidos...
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